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Elementos de consumo cultural
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En esta imagen podemos observar como un señor vende por la calle bebidas calientes, en un pequeño carro con tan solo dos ruedas que le permiten llevan su forma de trabajo por las calles del 20 de julio.
- En esta imagen podemos observar un pequeño restaurante "EL tío situado en las calles que conducen hasta la iglesia del 20 de julio, con su especialidad que son los tamales, podemos ver en la imagen las enormes ollas que se encuentran un poco afuera de la puerta encima de una estufa y a sus vendedores atendiendo a una clienta.
- Aquí podemos claramente observar una heladería con precios bastante económicos, que esta al alcance de la gente que habita aquella localidad y para las personas que visitan aquellas calles.
- En esta imagen podemos observar el trabajo que ejercen algunas personas que se encuentran en las calles que conducen hasta el la iglesia del 20 de julio.
- En esta imagen vemos las ventas ambulantes, que son bastante comunes en las calles del 20 de julio y en la mayoría de calles de Bogotá y de Colombia, también podemos ver que la gente ser acerca a comprar dichos objetos o prendas de vestir buscando un poco de ahorro monetario.
- Populares (5)
- En esta imagen observamos a un señor mayor de edad, vendiendo galgerias en una especie de canasta de madera en la cual exhibe los productos que vende.
- En esta imagen observamos El letrero de una promoción en uno de los puestos ambulante que se encuentran en medio de las calles.
- En esta imagen observamos la economía de un establecimiento de helados, en el cual lo que prima es la calidad y la economía de quienes compran allí.
- Aquí vemos de nuevo un letrero de promociones, en este caso la promoción es de zapatillas y es en un pequeño local que queda al lado de las calles que están llenas de vendedores ambulantes.
- Aquí vemos más ventas ambulantes, esta vez enfrente de la iglesia del 20 de julio, con algunos policías al lado, pero estos no impiden las ventas.
- Alta Cultura (5)
- En esta imagen podemos observar a un compañero de carrera con una cámara profesional Samgung y una cámara digital normal en su otra mano.
- En esta imagen observamos la posibilidad que posee una persona con una buena estabilidad económica para poder poseer un Smartphone.
- Aquí podemos observar a una persona con una cámara profesional, manteniendo así un estatus social alto.
- En esta imagen observamos un carro ultimo modelo de policía parqueado al lado de un local de mercados para la parroquia.
Prácticas de Familia.
- En esta imagen podemos observar una familia de 4 integrantes, sentados en las escaleras escuchando la santa misa que la presenta un Padre a las afueras de la iglesia principal.
- En esta imagen observamos a una familia sentada frente al Divino niño en la iglesia del 20 julio, orando.
Prácticas de educación.
- Aquí en esta imagen observamos el letrero de una librería que se encuentra en medio de la plazoleta exterior de la iglesia, en la cual se encuentran libros educativos religiosos, recordatorios de la visita al 20 de julio, porcelanas del divino niño entre otros.
-En esta imagen podemos ver la educación que aporta la iglesia a la ciudadanía, con una librería del minuto de Dios frente a la iglesia del 20 de julio.
Prácticas de Política.
- En esta imagen observamos una camiseta que dice "no más Petro" Vemos el desacuerdo que existe entre el alcalde de Bogotá y algunos ciudadanos.
- En esta imagen vemos un graffiti hecho en una de las paredes de la iglesia 20 de julio.
Prácticas económicas.
Las prácticas económicas las encontramos a lo largo de todo el recorrido, encontramos de todo tipo de economía.
En esta imagen vemos un pequeño local con ropa para niños principalmente y una que otra prenda para adultos.
En esta imagen vemos a tres pequeños niños trabajando, vendiendo cepillos de dientes en medio de las calles del 20 de julio.
En esta imagen vemos a un señor mayor de edad, con su carro de Crem Helado vendiendo por las calles del 20 de julio.
En esta imagen vemos una venta ambulante, como la mayoría que se presencian a lo largo de las calles del 20 de julio.
En esta imagen vemos el cartel de promociones que brinda un local de ropa deportiva en el barrio 20 de julio.
En esta imagen vemos en la acera de la calle una mesa de madera con accesorios de inverno y junto a ella un menor de edad hablando por celular, quien es el encargado de aquella venta ambulante.
En esta imagen podemos ver pequeños cofres de porcelana con rosarios dentro de ellos y algunos anillos a su lado, este pequeño puesto en la calle se encontraba frente a la iglesia del 20 de julio.
En esta imagen podemos observar algunos objetos religiosos que se venden en la calle frente a la iglesia del 20 de julio, los turistas que recorren aquellas calles compran algunos objetos de estos como recuerdos.
En este imagen vemos a dos vendedores de Bonice, parados en la calle principal de la iglesia 20 de julio.
En esta imagen observamos a un vendedor de globos para niños junto a un policía ambos ignorando al otro, ya que cada uno esta en su propio rol.
En esta imagen vemos a una muchacha vendedora ambulante de algodón de azúcar en medio de la plazoleta de la iglesia del 20 de julio, ofreciendo su producto a una pareja que cruza cerca de ella.
En esta imagen vemos claramente una panadería llamada "Montecarlo" y a varias personas allí dentro probando los productos que brindan allí.
En esta imagen vemos una común venta ambulante por las calles del barrio 20 de julio, en el cual los objetos que se venden están exhibidos en el suelo.
En esta imagen vemos una alternativa para ganar dinero, en un pequeño carro de madera en el cual están sobrepuesto varios huevos de chocolate con sorpresas dentro de ellos.
Esta imagen es una clara representación de las ventas ambulantes que ejercen las personas en las calles del barrio 20 de julio, colocando allí sus prendas, objetos y demás productos para así venderlos con más facilidad.
Una experiencia Religiosa.
A
las 7:00 de la mañana el sol estaba en pleno progreso, el más perfecto de los
matices contenía, el santuario del 20 de Julio nos esperaba para nuestra salida
de campo, me bañe, me arregle y me puse mi atuendo, unos jeans, una blusa
suelta al cuerpo, una chaqueta y unos tenis, era perfecto para el día de campo.
La mañana fue corta y a las 8:00 de la mañana ya estaba saliendo de la casa,
con el simple hecho de no llegar tarde y alejarme del grupo en aquel sitio totalmente desconocido para mí.
El
transporte para mí no fue difícil, un familiar iba para el mismo sitio al que
yo me dirigía, Carrefour del barrio 20 de julio así que nos fuimos en su moto; el
viento era encantador, secaba un poco el calor que dejaba el sol en mi piel,
los minutos eran lentos y el camino corto, a eso de las 8:40 llegue a mi
destino, pero era hasta las 9:00am la hora del encuentro con el profesor Carlos
López, por fortuna me encontré a esa hora con mi compañero de clases Andrés
Orozco, el miedo que sentía por encontrarme en un lugar desconocido se había
apagado al momento de verlo allí sentado en la banca de cemento frente a la
puerta principal de Carrefour.
Pronto
comenzaron a llegar más y más personas, la mayoría desconocidas, puesto que no
éramos los únicos que asistiríamos a la salida de campo, el profesor Carlos
López tardó un poco en llegar, ya que se encontraba en el santuario de
Monserrate, el primer lugar en el que sería la salida de campo, pero por motivos
de su cierre se cambió el lugar; Las indicaciones eran las mismas que se habían
puesto para la salida de campo a Monserrate, todo era exactamente igual, la
única diferencia aparte del lugar era la seguridad que debíamos de tener por el
sitio en el que nos encontrábamos.
El
barrio 20 de julio ha sido siempre catalogado como un barrio peligroso por
encontrarse en la zona sur de Bogotá; para los trabajos de sujeto y
comunicación y, taller de construcción de textos debíamos de tener un registro
acerca de la salida de campo, así que los vídeos las fotos, las grabaciones y
demás pruebas eran importante para llevar a cabo nuestros proyectos, por esa
razón el cuidado que debíamos de tener con los aparatos electrónicos debía de
ser mucho mayor que en Monserrate.
Luego
de las instrucciones todo fue un poco más difícil, porque el miedo que recorría
por nuestros poros nos estaba comiendo vivos, éramos 5 personas caminando por
una calle, unidos casi que agarrados, los 3 hombres con los que mi compañera y
yo íbamos se relajaron un poco y comenzaron a caminar un poco alejados de
nosotras, sin embargo nosotras les pisábamos los talones en el recorrido, hasta
empezar la calle principal que nos conduciría hasta la iglesia del 20 de julio,
donde a las 10:45am tendríamos que encontrarnos con nuestro profesor en la
puerta principal.
En
medio de las calles había vendedores ambulantes, en pequeños puestos de madera
colgaban y ponían los productos que allí venderían, el hecho de tener que sacar
las cámaras fotográficas, los celulares nos ponía los pelos de punta, pero el
miedo se nos acababa cuando veíamos a nuestros compañeros a unos cuantos pasos
de nosotras, a medida de que cruzábamos por las calles del barrio 20 de julio
todo se volvía más y más emocionante,
habían personas muy decentes que nos permitían tomar las fotos a sus estantes,
a su ropa, y a ellos mismos, felices posaban mientras nos gritaban “suerte, con
su trabajo”.
No
todas las personas nos apoyaban de tal manera, algunas eran odiosas y hasta
groseras, así que nos espantaban y salíamos corriendo de allí, riendo y
caminando rápido con miedo de ser golpeadas por aquellas personas; lo que más
se podía observar en aquellos estantes eran prendas de vestir, para cualquier
tipo de persona, desde el niño recién nacido hasta el anciano de mayor edad.
Sin duda había señores ya muy mayores de edad vendiendo dulces, bonice, helados
y demás cosas, tratando de subsistir, cuando deberían estar descansando en sus
casas sin hacer el mayor esfuerzo, esas situaciones me partían el corazón y me
arrugaba el alma pensar en que a veces no agradecemos todo lo que nos brindan y
mucho menos quien no lo brinda.
Las
calles cada vez eran más cortas e iguales, vendedores ambulantes, heladerías,
compradores, turistas y toda la clase de personas que se puede encontrar un
domingo cerca a la iglesia del 20 de julio, era realmente hermoso ver a las
ancianas comprando escapularios, porcelanas del niños Dios, Las cruces con
Jesucristo allí, libros de novenas y demás objetos religiosos llenándolas de
paz y amor en su interior.
Pronto
llegamos a la Iglesia del 20 de julio, la plazoleta que quedaba a las afueras
del templo no estaba tan llena como se esperaba que fuera, ya que era domingo y
había misa de 10:00am, habían personas sentadas en las pequeñas escaleras
escuchando la eucaristía, otras paradas simplemente mirando lo que había a su
alrededor y algunas otras arrodilladas mientras el padre oraba y pedía por cada
una de las personas presentes allí, algunos indigentes pedían dinero o comida a
quienes tenían cerca, pero la policía inmediatamente los agarraba y les ponía
problema por el simple hecho de pedir alguna ayuda a quienes se encontraban
allí.
Luego
que tomar algunas fotos y observar lo que acontecía a nuestro alrededor,
tuvimos otra pequeña reunión con el profesor Carlos López, nos pidió visitar la
parte trasera de la iglesia, en la que se encontraba el Divino Niño, las
instrucciones seguían siendo las mismas, observar, tomar nota, imágenes, vídeos o lo que nosotros creyéramos conveniente para nuestro trabajo, pero todo con
mucho respeto ya que para muchas de las personas que se encontraban allí
aquella iglesia en todo el sentido de la palabra era sagrada.
La
parte en la que se encontraba el Divino niño estaba a reventar, las personas,
se empujaban las unas a las otras, con el hecho de tocar los vidrios que
rodeaban aquella hermosa y perfecta imagen del Divino niño elevando sus brazos
como bendiciendo a quienes estuvieran frente a ella, pero era imposible tocar
siquiera los vidrios, puesto que estaba a una altura que ninguna de las
personas que se encontraban allí por mas que quisieran podrían alcanzar, se persignaban, agachaban sus cabezas, se
quedaban allí por algunos segundos y se dirigían a la parte superior del sitio,
así sucesivamente una persona tras otra, su fila bastante larga, pero aún así,
aquellos religiosos esperaban lo que fuera solo tener aquella imagen a unos
cuantos centímetros de ellos.
Algunas velas se encendían con la cruzada de
la moneda por el agujero de madera, su
llama era roja, artificiales todas, pero cada una de ellas, brillaban con el
deseo de un milagro de quien introducía allí la moneda, ojos cerrados y algunos
movimientos de labios eran los que me hacían pensar en que sus milagros los
pedían al Divino Niño. No tardamos mucho allí, creíamos que era una falta de
respeto tomar fotografías a quien oraban, así que tomamos las fotos necesarias
y nos dirigimos a la puerta.
Luego
de la visita al Divino niño, el profesor nos reunió de nuevo, esta vez al lado
del restaurante que quedaba al lado de la iglesia, su último aviso fue que no
tendríamos clase hasta la próxima semana, que tuviéramos cuidado con nuestros
objetos personales y que hasta allí iba la salida de campo; varios nos quedamos
tomando un poco más de fotografías y observando un poco a que se dedican las
personas cuando asisten a la iglesia del 20 de julio, más de uno va por unos
cuantos milagritos.